En la entrada de hoy, vamos a aconsejar que lugares visitar en la ciudad de Berlín.
Puerta de Brandeburgo

Inaugurada en 1791 junto a la Pariser Platz, la Puerta de Brandeburgo es un símbolo del triunfo de la paz sobre las armas.
Se trata de una enorme construcción de 26 metros de alto que, con su estilo neoclásico, recuerda a las construcciones de la Acrópolis de Atenas.
En 1795, el monumento fue coronado con una cuadriga de cobre que representa a la Diosa de la Victoria en un carro tirado por cuatro caballos en dirección a la ciudad. La estatua que se puede ver hoy en día, es una copia hecha en Berlín oeste en 1969, ya que la original quedó destruida durante la Segunda Guerra Mundial.
Aunque la puerta tiene cinco entradas, desde su construcción hasta el año 1918, el paso central de la puerta sólo podía ser utilizado por miembros de la familia real y algunos pocos afortunados.
Orgullo y drama
Tras su construcción, la Puerta de Brandeburgo gozó del esplendor que le correspondía viendo pasar bajo sus arcos a los miembros de la realeza, las tropas de Napoleón y presenciando algunos desfiles nazis.
La tranquilidad de la Puerta de Brandeburgo terminó tras la llegada de la Segunda Guerra Mundial, que causó graves daños a la estructura y prácticamente destruyó la cuadriga.
En 1956, ambas partes de la ciudad dividida aunaron sus fuerzas para la reconstrucción de la puerta. Fue en 1961, tras la construcción del Muro de Berlín, cuando la puerta quedó perdida en tierra de nadie, atrapada entre el este y el oeste, sin que prácticamente nadie tuviera acceso a ella.
Tras la reunificación de la ciudad, la Puerta de Brandeburgo, después de tantos disgustos, por fin recuperó el lugar que se merece.
Brillante bajo el sol o iluminada en la noche
Tanto de día como de noche, la Puerta de Brandeburgo es uno de los puntos más importantes y agradables de ver en Berlín. Los turistas se agolpan continuamente frente a su majestuoso semblante para tomar la fotografía más representativa de su viaje a Berlín.
Muro de Berlín

Antecedentes
Al finalizar la II Guerra Mundial, tras la división de Alemania, Berlín también quedó dividida en cuatro sectores de ocupación: soviético, estadounidense, francés e inglés. Las malas relaciones entre los comunistas y los aliados fueron creciendo hasta llegar al punto en que surgieron dos monedas, dos ideales políticos y, finalmente, dos alemanias.
En 1949, los tres sectores occidentales (estadounidense, francés y británico) pasaron a llamarse República Federal Alemana (RFA) y el sector oriental (soviético) se convirtió en la República Democrática Alemana (RDA).
Berlín quedó dividida y se crearon 81 puntos de paso entre las dos zonas de la ciudad.
La construcción del muro
La maltrecha economía soviética y la floreciente Berlín occidental hicieron que hasta el año 1961 casi 3 millones de personas dejaran atrás la Alemania Oriental para adentrarse en el capitalismo.
La RDA comenzó a darse cuenta de la pérdida de población que sufría (especialmente de altos perfiles) y, la noche del 12 de agosto de 1961, decidió levantar un muro provisional y cerrar 69 puntos de control, dejando abiertos sólo 12.
A la mañana siguiente, se había colocado una alambrada provisional de 155 kilómetros que separaba las dos partes de Berlín. Los medios de transporte se vieron interrumpidos y ninguno podía cruzar de una parte a otra.
Durante los días siguientes, comenzó la construcción de un muro de ladrillo y las personas cuyas casas estaban en la línea de construcción fueron desalojadas.
Con el paso de los años, hubo muchos intentos de escape, algunos con éxito, de forma que el muro fue ampliándose hasta límites insospechados para aumentar su seguridad.
El Muro de Berlín acabó por convertirse en una pared de hormigón de entre 3,5 y 4 metros de altura, con un interior formado por cables de acero para aumentar su resistencia. En la parte superior colocaron una superficie semiesférica para que nadie pudiera agarrarse a ella.
Acompañando al muro, se creó la llamada "franja de la muerte", formada por un foso, una alambrada, una carretera por la que circulaban constantemente vehículos militares, sistemas de alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros las 24 horas del día. Tratar de escapar era similar a jugar a la ruleta rusa con el depósito cargado de balas. Aun así, fueron muchos los que lo intentaron.
En 1975, 43 kilómetros del muro estaban acompañados de las medidas de seguridad de la franja de la muerte, y el resto estaba protegido por vallas.
Cruzando al muro
Entre 1961 y 1989 más de 5.000 personas trataron de cruzar el muro y más de 3.000 fueron detenidas. Alrededor de 100 personas murieron en el intento, la última de ellas el 5 de febrero de 1989.
En el Museo del Muro de Checkpoint Charlie se narran las historias más curiosas de cómo la gente consiguió cruzar el muro.
La caída del muro de Berlín
La caída del muro vino motivada por la apertura de fronteras entre Austria y Hungría en mayo de 1989, ya que cada vez más alemanes viajaban a Hungría para pedir asilo en las distintas embajadas de la República Federal Alemana. Este hecho, motivó enormes manifestaciones en Alexanderplatz que llevaron a que, el 9 de noviembre de 1989 el gobierno de la RDA afirmara que el paso hacia el oeste estaba permitido.
Ese mismo día, miles de personas se agolparon en los puntos de control para poder cruzar al otro lado y nadie pudo detenerlos, de forma que se produjo un éxodo masivo.
Al día siguiente, se abrieron las primeras brechas en el muro y comenzó la cuenta atrás para el final de sus días.
Una vez liberados, familias y amigos pudieron volver a verse después de 28 años de separación forzosa.
Dónde ver los restos del muro de Berlín
La parte más importante que se ha mantenido en pie se encuentra en la zona conocida como East Side Gallery. Allí se pueden recorrer 1,3 kilómetros del muro decorado con impresionantes pinturas que reflejan multitud de acontecimientos relacionados con el muro.
Catedral de Berlín

Se trata del edificio religioso más representativo de Berlín, situado enfrente del jardín Lustgarten, entre la Isla de los Museos y el solar antes ocupado por el Palacio Imperial.
Un poco de historia
El edificio de la catedral fue construido entre los años 1894 y 1905 sobre los cimientos de una pequeña catedral barroca de 1747, justo enfrente del Palacio Imperial.
Esta cercanía con el palacio, convertía la catedral en la principal iglesia de la corte de la dinastía Hohenzollern, además de ser el lugar en el que se daba sepultura a los miembros de la familia.
En 1944, al igual que la mayoría de los edificios de Berlín, el templo quedó arrasado por una bomba que cayó sobre la cúpula, causando graves daños al interior.
Aunque las tareas de reconstrucción comenzaron en 1975, fueron largas y costosas y no se vieron finalizadas hasta el año 2002.
En el interior
Una vez en el interior de la catedral llaman especialmente la atención tanto el recinto del altar, realizado en mármol blanco y ónix amarillo, como el imponente órgano de transmisión neumática.
También resulta interesante el acceso que utilizaba la pareja imperial cuando acudía a la catedral, ya que poseía una escalera propia con todo tipo de lujos, a través de la cual llegaban hasta el Palco Imperial.
La Cripta de los Hohenzollern

En la cripta se pueden ver más de 90 tumbas de los miembros de la familia imperial fallecidos desde finales del siglo XVI hasta principios del siglo XX.
A través de los suntuosos sarcófagos y ataúdes, se documentan más de 500 años de cultura funeraria de Brandenburgo y Prusia.
Una cúpula con vistas
El trayecto hacia la cúpula se realiza por un camino algo desastroso, como si se fuera a llegar a un desván abandonado pero, tras subir los 270 peldaños que llevan hasta lo alto de la cúpula de la catedral, se puede disfrutar de unas preciosas vistas del centro de Berlín que hacen que realmente valga la pena el ascenso.
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